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Algunos vicios de la academia

Compilo acá una serie de críticas al sistema académico (tanto local como internacional) y algunas precauciones que me parecen clave.

Muchas de estas críticas se resumen en dos hechos lamentables:

  1. No se puede confiar plenamente en nada ni en nadie: las personas mienten u omiten por conveniencia, incluso dentro del ámbito académico.
  2. Por eso, tener expectativas de los demás —aunque estén justificadas— suele ser iluso y contraproducente.

Este video de Sabine Hossenfelder me parece muy relevante y claro: https://www.youtube.com/watch?v=LKiBlGDfRU8

El sistema científico no selecciona buenos científicos ni buenos directores: esto no forma parte del criterio de selección ni de evaluación. Lo único que se tiene en cuenta es si una persona publicó, y nada más parece importar actualmente.

Ese criterio, sin embargo, solamente selecciona personas con suerte o con privilegios. El problema debería ser evidente: ni la suerte ni los privilegios implican mérito alguno.

Con el tiempo llegué a la conclusión de que muchos jefes de grupo no saben realmente por qué llegaron a donde están. Y, con eso en mente, ya no sorprende que el sistema funcione tan mal.

Como muchos académicos piensan de esta manera, todo lo demás les parece irrelevante: creen que estar en el sistema depende de alguna cualidad intrínseca, incuantificable, casi religiosa, que llaman “ser bueno”. Es realmente patética la falta de criterio que demuestran para evaluar a los estudiantes, y a ellos mismos.

Pero eso no es lo peor.

Es normal encontrarse académicos abusivos y maltratadores, enquistados en cargos jerárquicos, y esto es naturalizado por sus pares. Sorprendentemente, también hay directores de grupos establecidos que son incapaces de sostener y ejecutar proyectos. Son personas que más allá de su ineptitud sostienen su carrera por apropiación del mérito de sus becarios.

La academia es, concretamente, un capitalismo del conocimiento: lo único que uno tiene asegurado llevarse es lo que aprendió.

Quizás lo mejor es enfocarse eso, enriquecerse personalmente, aunque sea individualista.

Como identificar un proyecto inviable si me lo ofrecen:

  • Las metas del proyecto no son concretas, o no está claro cuándo termina el proyecto exactamente.
  • Tengo un tiempo limitado para hacerlo, pero no sé cuánto me va a llevar ni siquiera en el mejor de los casos.
  • Requiere técnicas que no manejo, y que nadie en el grupo domina actualmente.
  • Requiere materiales que no están disponibles o que no se usan hace mucho.

En resumen, no arranques un un proyecto si es medio complejo, si involucra tecnicas que nadie tiene realmente puestas a punto, para algo que no se sabe si va a funcionar, si está liderado por alguien que se va pronto, o que no tiene experiencia.

Algunos mitos sobre el trabajo científico:

  • "Trabajando de científico puedo dedicarme a lo que me gusta"
    • Esto es falso porque uno no puede elegir el tema que más le apasiona para trabajar. En la mayoría de los casos uno esta obligado a elegir lo que a los demás le parece interesante también, ideas para las que hay financiamiento, en lugar de ideas originales que apasionan personalmente.
    • Uno puede elegir una carrera y un laboratorio en el que trabajar, pero el tema en sí y el trabajo a futuro en general están dados, y uno no puede decidir en qué trabajar al inicio. Uno se especializa en el tema del laboratorio en el que entra, y después lo que más conviene para seguir trabajando es seguir en un tema parecido. Hay una inercia que impide que uno trabaje en el tema que hubiera preferido desde el inicio, porque conseguir fondos para empezar a trabajar en un tema original es dificil o imposible, y es dificil hacer "a parte" lo que a uno le gusta.
  • "Trabajando de científico voy a descubrir algo importante"
    • Esta expectativa no es realista. Hay muchas razones por las que hacer una carrera académica no va a resultar en un descubrimiento de gran impacto, y mucho menos uno con impacto por fuera del sistema científico.
    • Pensar que te va a ir bien es una fatasía. Por cada becarie o investigador que ves ahi "haciendo ciencia" hay muchos más expulsados del sistema por razones ajenas a su capacidad: directores abusivos o incapaces, falta de recursos y servicios, etc. También existe la mala suerte, pero eso no explica nada.
  • "Trabajando de científico voy a descubrir algo emocionante"
    • Esto es apenas más realista, pero sigue siendo difícil por las razones anteriores.
    • Las preguntas “de moda” son cada vez más complejas, y las originales no suelen recibir apoyo.

Realmente la única forma de encajar en el sistema académico es tener la capacidad enferma de obviar, negligir, o ignorar todo lo que no sea inmediatamente relevante a hacer e interpretar un experimento.

Eso es lo que bastardiza la virtudes de la ciencia pura, la ciencia porque si y más allá de todo, una perversión al servicio del ego.

Algunos puntos:

  • Los investigadores son buenos "vendedores", de si mismos y de sus proyectos de investigación.
    • Suelen ocultar las partes complicadas de sus proyectos, y de ellos mismos como directores. Si no preguntás bien, ni consultás por otro lado, la sorpresa te la llevás cuando es muy tarde.
    • Preguntar y chequear con otras personas del grupo es fundamental, aunque nada te asegura que sean sinceros.
  • Mirá las ofertas de colaboración o trabajo con desconfianza, sobre todo cuando a ellos no les cuesta nada y vos ponés todo.
  • Preguntate:
    • ¿Qué es lo que están ofreciéndome?
    • ¿Consideran mis objetivos o solo los suyos?
    • ¿El proyecto es un muerto que nadie quiere tomar?
    • ¿Están dadas las condicones para trabajar en el proyecto? ¿O es meterse en un pantano?
  • Los becarios están siempre de paso. Cuando se van, el know-how también. Retomar proyectos ajenos suele ser mucho más difícil de lo que parece, y las tesis rara vez sirven para continuar un trabajo sin más. Se escribieron para otra cosa: terminarlo.
  • Los investigadores no suelen hacerse responsables de darte los recursos de trabajo en buen estado. Suelen dar por sentado que los reactivos "están", pero no los chequean, y recae en el becario perder meses de vida y entusiasmo peleando con molinos de viento.